Raclette tiene más de una definición. Raclette es un plato de queso suizo, un hito cultural, el nombre de un queso, un aparato de mesa, una experiencia gastronómica, ¡un gran momento!
Es muy popular en Europa, especialmente en los Alpes suizos y otras regiones de esquí. Y de ahí es donde se creó. Pero también se ha convertido en culto en nuestro país.
Cuentan que los pastores suizos de la región de Valais de habla francesa necesitaban llevar comida a los Alpes que fuera relativamente barata y que no se echara a perder fácilmente en el caluroso mes de verano. Se echaron al morral queso y patatas. Mientras las patatas se asaban al fuego, colocaban un gran trozo de queso cerca del calor de las brasas. Una vez que comenzaba a derretirse, el queso era retirado y raspado sobre las patatas ya asadas. Esto no solo era abundante y nutritivo, sino también delicioso. En francés «raspar» se traduce como «racler» y de ahí viene el término Raclette.
Hoy en día, ya no es necesario realizar una fogata para recrear la experiencia pastoril, sería poco seguro, y se ha sustituido por calefactores específicos que simulan el proceso: un aparato que sostiene un bloque o media rueda de queso debajo de un elemento calefactor. Una vez derretido, el queso se raspa sobre las patatas preparadas o sobre tostadas de pan.
Otra variedad es una parrilla Raclette, que permite derretir porciones individuales de queso y ofrece una parrilla superior para servir verduras a la parrilla, carne, pollo o pescado con el queso.
En sus orígenes no existía un queso específico con el que se elaboraba este plato, pero con el tiempo se adoptó la denominación “Raclette” (aquí tenemos otro de los usos del nombre) para denominar el queso que más se ajustaba a la función: un queso que se fundiese con facilidad, sin derretirse en exceso, que permitiese ofrecer a los consumidores una experiencia única y auténtica. Incluso en una zona tan quesera como la Saboya aprobó un decreto restrictivo para que el queso raclette se denominase así, una ley que protege y define el producto. De tal forma, y entre otros aspectos, debe contener un mínimo de un 45% de materia grasa y contar con ocho semanas de maduración.
Pero el mejor consejo sobre qué queso utilizar te lo darán los expertos queseros del Mercado de Chamartín. Ellos, más que nadie, conocen las opciones que más se ajusten a tu proyecto de raclette.
Ya te has decidido a iniciarte en el “raclettismo”, te has hecho con tu parrilla o fundidor, pues lo mejor es arrancar en la experiencia gustativa con la receta tradicional de raclette.
Esta receta simple de raclette debería ser la primera que pruebe en su parrilla o fundidor de raclette.
Ingredientes (4 personas)
- 8 patatas pequeñas / medianas
- 750 gr de queso Raclette
- Embutidos y/o carnes tiernas (cortados en rodajas muy finas)
- Pepinillos en vinagre
- Cebolla en escabeche
- Pimienta recién molida
- Pimentón
Lava las patatas y, con la piel incluida, cuécelas en una olla llena de agua con sal durante unos 20 min. Prueba con un cuchillo si están listas. Mantén al calor hasta que todo esté listo.
Mientras tanto, si tu “quesero” no te ha preparado ya las láminas de queso, retira la corteza del queso y corta en rodajas 1 milímetro y medio de grosor aproximado con una cortadora de alambre ajustable.
Coloca los pepinillos, las cebollas y el embutido elegido en un plato y déjalos a un lado hasta que sea necesario.
Enciende la raclette para comenzar a calentar (al menos 5 minutos antes de usar).
⊗ Para parrillas de raclette: cada invitado toma una rebanada de queso, la coloca en su sartén y la desliza debajo de la parrilla de para que se derrita. Tarda aproximadamente 2 minutos en fundirse hasta obtener una consistencia cremosa y 3 minutos para una parte superior más crujiente.
Mientras tanto, toma una patata, colócala en el plato y córtala en trozos, retira la sartén de debajo de la parrilla una vez que haya alcanzado la consistencia preferida y vuelca el contenido usando la espátula de madera.
⊗ Para el fundidor de raclette, cada invitado prepara patatas y guarniciones en sus platos. Cuando el queso comience a derretirse en la rueda, raspas el queso en el plato. Sazona al gusto con pimienta recién molida y/o pimentón.
La raclette marida fenomenal con Pinot Grigio, Fendant (un vino blanco suizo) o un vino tinto ligero y afrutado, como el Beaujolais. Pero en gustos están los colores. Trasiega el vino que más te apetezca, al fin y al cabo es tu raclette y son tus amigos.