¿Qué tienen que ver las endibias y los impuestos? Pues algo si tienen que ver, veamos si lo aclaramos. En 1850, el señor Bréziers, un jardinero belga, decidió esconder plantas de achicoria en su sótano, sólo para ahorrar un poco en impuestos. Se ve que la picardía tiene un largo recorrido.
Unas semanas más tarde descubrió, bajo la fina capa de tierra, que aparecían pequeñas plantas en forma de huso de color blanco… ¡Se descubre la endibia tal y como la conoces! Al abrigo de la luz y en un ambiente cálido y húmedo, el Sr. Bréziers sentó las bases para el cultivo de esta hortaliza desconocida y de todo lo que permite a los productores actuales conservar su blancura y sus cualidades nutritivas y auténticas.
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Endibia, salud en formato hoja
Fácil de cocinar, la endibia es un auténtico concentrado de beneficios que permite mantenerse en forma durante todo el año.

Aunque no a todos gusta su perfil de sabor característico, ligeramente amargo, las endibias aportan una serie de beneficios para la salud debido a su contenido de vitaminas, minerales y otros componentes esenciales.
Una de las ventajas más notables de las endibias es su bajo contenido calórico. Con solo alrededor de 8-10 calorías por 100 gramos de endibias picadas, son una elección ideal para quienes buscan mantener o perder peso. Además, su alto contenido de agua contribuye a la hidratación del cuerpo.
Las endibias son ricas en fibra dietética, lo que las convierte en una excelente opción para promover una digestión saludable. La fibra es esencial para prevenir el estreñimiento y mantener un sistema digestivo en funcionamiento adecuado.
En cuanto a las vitaminas, las endibias aportan vitamina K, que es esencial para la coagulación sanguínea, así como vitamina A, que es fundamental para la salud ocular y la piel. También contienen vitamina C, un antioxidante que refuerza el sistema inmunológico y combate el estrés oxidativo en el cuerpo.

En el ámbito de los minerales, las endibias destacan por su contenido de potasio, que contribuye a la salud cardiovascular y ayuda a regular la presión arterial. También proporcionan calcio, necesario para mantener huesos y dientes fuertes.
Otra ventaja de las endibias es su bajo contenido en grasas y la ausencia de colesterol, lo que las convierte en una opción saludable para aquellos que siguen dietas bajas en grasa o buscan mantener niveles de colesterol adecuados.
Cómo comprarlas, cómo conservarlas
A la hora de escoger recuerda que debes seleccionar las mejores endibias, es importante que sus hojas presenten un aspecto limpio y blanquecino, con las puntas en tonalidades suaves de verde o amarillo, y que no tengan desgarros, arrugas o manchas verdes en las terminaciones, ya que estas son características que indican vejez o falta de frescura.
La endibia es una verdura frágil que debe conservarse en un lugar fresco, protegido de la luz, y se debe consumir en un periodo relativamente breve de tiempo; aunque también se pueden conservar sus propiedades casi intactas en el refrigerador durante prácticamente una semana si se almacenan en una bolsa perforada.
¿Cómo preparar las endibias?
Antes de consumirlas, se recomienda enjuagar las endibias con agua para reducir su amargor y secarlas con papel de cocina.
Las hojas deben separarse del cogollo justo antes de agregarlas como ingrediente a cualquier receta, ya que tienden a oxidarse rápidamente y oscurecerse.
En rodajas o en tiras, la endibias aportan crujiente y blancura para acompañar todas tus ensaladas, sea cual sea la temporada.

En crudo, sus hojas acogen todas tus ideas culinarias para unos entrantes de éxito, lo que permite aprovechar todo su valor nutritivo, como complemento en ensaladas junto con escarolas, tomate, atún o zanahoria. También son ideales para aperitivos, donde se pueden acompañar de ahumados, caviar, salsas de quesos suaves, frutos secos o ensaladilla de marisco.
La endibia se puede cocinar de muchas maneras: al vapor; gratinadas; en papillote, envueltas en papel de aluminio; estofadas en una sartén con una pizca de azúcar; asadas; a la brasa; en el microondas; fritas o en velouté.
Sirva como consejo que cuando uses endibias en preparaciones cocidas y para conservar su blancura, “bautiza” las endibias con unas gotas de limón al inicio de la cocción.
Receta de endibias gratinadas con jamón y gruyere
Esto es una receta de abuela, sin duda. Y en el mejor sentido del término. Es una elaboración que cumple con todas las premisas del comfortfood, ese concepto de comida casera que cada uno hemos interiorizado en la memoria.

Ingredientes (4 personas)
- 4 endivias de buen tamaño
- 4 lonchas de jamón cocido
- 4 lonchas de queso Gruyere
- Azúcar
- 500 ml de leche entera
- 40 grs de harina
- 40 grs de mantequilla
- Sal
- Pimienta negra recién molida
- Nuez moscada
- Queso Gruyere rallado para espolvorear
Preparación
Lavamos las endibias y cortamos la parte de la raíz. Las atamos para que no se suelte ninguna hoja y las ponemos a cocer en una cazuela con agua hirviendo y azúcar durante 45 minutos.
Una vez cocidas, las dejamos escurrir bien y quitamos la atadura. Envolvemos cada endibia en una loncha de queso Gruyere y luego en otra de jamón cocido. Las colocamos en una fuente de horno y reservamos
Hacemos una salsa bechamel, con harina, mantequilla y leche; salpimentamos y añadimos un pelín de nuez moscada.
Napamos las endibias con la bechamel, espolvoreamos con el queso rallado y gratinamos en el horno hasta que se funda el queso y quede doradito.
¡Buen provecho!
