El brócoli es objeto de dilema, la gente lo ama o lo odia. Pero estés en uno u otro bando, no te queda otra que reconocer que es un superalimento.
Tiene un perfil nutricional impresionante. Es rico en fibra, muy rico en vitamina C y tiene potasio, B6 y vitamina A. El brócoli también está lleno de antioxidantes, presente también en frutas y otras verduras, que pueden ayudar a encontrar y neutralizar los radicales libres que causan daño celular.
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La verdura de la longevidad
Probablemente, el beneficio para la salud más publicitado del brócoli es su posible capacidad para ayudar a prevenir el cáncer. Es una verdura crucífera y todas las verduras de este grupo pueden proteger contra algunos cánceres de estómago e intestinales. También puede ayudar a reducir el colesterol, porque la fibra soluble de la verdura se une al colesterol en la sangre. Esta unión hace que el colesterol sea más fácil de eliminar y, en consecuencia, reduce los niveles en el cuerpo.
Y no contento con esto, el brócoli colabora en la buena salud del corazón al ayudar a mantener fuertes los vasos sanguíneos. El sulforafano en el brócoli también es un antiinflamatorio y puede prevenir o revertir el daño al revestimiento de los vasos sanguíneos causado por problemas crónicos de azúcar en sangre.
Desgraciadamente, los niños, ajenos a estas facultades prodigiosas de nuestra sana crucífera, no suelen suplicar por brócoli, al menos no el perfil general de los más pequeños. Por ello, hay que buscar presentaciones alternativas que nos permitan socavar esa innata resistencia de los peques de la casa. La receta que os contamos hoy tiene una probada reputación de gustar: brócoli asado con queso parmesano.
Y es que, aunque todos los dietistas te aseguran -y no queremos quitarles la razón- que la mejor forma de sacar provecho a esta verdura es consumirla en crudo, tampoco hay que exagerar la nota. En este camino a la alimentación sana tampoco hay que andar con exigencias, nos conformaremos con hacer el recorrido “partido a partido”.
Historia del brócoli
Quizás tengas la sensación de que el brócoli es una novedad de hace dos días. Pues no. Existe desde el Imperio Romano. Fue diseñado a partir de un pariente de la col por los etruscos, la antigua población que ocupó lo que ahora es la Toscana, a quienes se consideraba genios de la horticultura. Cuando se introdujo por primera vez en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, el brócoli se conocía como «espárragos italianos».
Al igual que la alcachofa, el brócoli es esencialmente una gran flor comestible. Los tallos y las flores se comen crudos y cocidos y tienen un sabor que recuerda al repollo, aunque el brócoli también está relacionado con la col rizada, la coliflor y las coles de Bruselas.
Receta de brócoli asado con parmesano
Ya hemos aseverado, y confirmado, que frente al brócoli estamos ante una verdura que hace más por nuestra salud que las visitas al gimnasio, y que está dispuesto a regalarnos una prolongada existencia en las mejores de las condiciones de vida. Tampoco estamos para decirle que no. Y si todavía no estás convertido a la brocolimanía, veamos si esta receta te ayuda a conciliarte con el campeón del mundo vegetal.
Floretes tiernos, mezclados con aceite de oliva, jugo de limón y sal, asados a fuego alto hasta que estén bien dorados alrededor de los bordes y tallos (con algunos trozos crujientes), y luego espolvoreamos generosamente con queso parmesano recién rallado; sí, este es el brócoli que todos podría amar!
Incluso puede omitir el limón y el queso si lo desea. Queda muy bien asado solo con un poco de aceite de oliva y sal. Pero no te saltes la pimienta negra. ¡Al brócoli le encanta la pimienta!
Ingredientes
- 680 gr de brócoli, cortado en floretes de tamaño uniforme
- 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Jugo de medio limón, aproximadamente 1 cucharada
- Sal
- 2-3 dientes de ajo, picados
- Pimienta negra recién molida
- 100 gr de queso parmesano rallado o al gusto
Preparación
Precalienta el horno a 220 ° C
En un tazón grande, mezcla los floretes de brócoli y el ajo picado con aceite de oliva y jugo de limón hasta que estén ligeramente cubiertos. Espolvorea sal sobre el brócoli y revuelve para cubrir.
Coloca los floretes en una sola capa en una bandeja para hornear, anteriormente frotada con un poco de aceite de oliva o forrada con papel de horno o papel de aluminio.
Hornea a 220 ° C durante 16-20 minutos hasta que esté bien cocido (compruébalo pinchando con un tenedor, debe estar tierno) y ligeramente dorado. ¡Los trozos dorados son los mejores! Así que no te preocupes si ves algo de carbonización.
Mezcla con parmesano y pimienta negra.
Servir inmediatamente.