Receta de arroz con costillas adobadas, una receta talismán que gustará a todos.
Arroz bomba y costillas de cerdo, dos ingredientes básicos que te permiten recrear recetas de eso que se ha dado en llamar la “cocina agradecida”; recetas apañadas, preparaciones sin artificios, sin postureo… pero que te dejan satisfecho siempre. Elaboraciones que tienen como único fin “chuparse los dedos”. Cocina casera por excelencia, donde no hay más lujos que escoger unos sustanciosos integrantes, los mejores, a sabiendas que de ninguna de las formas nos hará un roto en la cartera.
Esta receta de Arroz con costillas adobadas es de las que dejan impronta y no hay trucos ocultos, ni sorpresas económicas. Una preparación ultrabarata, pues utilizaremos una de las carnes de cerdo ibérico más asequibles del mercado: las costillas. Y para colmo, puede funcionar como plato único. Rico y a la vez económico. Si encuentras mejor solución para comer de 10 en la cuesta otoñal, por favor no dudes en comunicarlo.
Vamos con una fórmula magistral: el resultado de una receta es la suma de los valores de sus ingredientes. Tal cual. Por ello, aunque este arroz te saldrá ideal utilizando un costillar de cerdo blanco Duroc, invertir un poco más en que las costillas sean de cerdo ibérico aportará un plus de sabor y de calidad al plato. Tu carnicero se ocupará de trocearlas al tamaño que quieras.
Receta de arroz seco con costillas adobadas
Ingredientes
- Arroz bomba
- ½ kg de costillas de cerdo ibérico adobadas.
- 2 pimientos verdes grandes
- 1 cabeza de ajos
- 1 litro de carne de carne
- 4 cc de tomate frito
Elaboración
Cortar los pimientos verdes en brunoise.
Sofreir los pimientos y los diente de ajos enteros y sin pelar. Reservar
Sofreir lentamente las costillas.
Cuando estén doradas se incorpora el sofrito de pimientos y ajos, y se añade el tomate frito.
Se echa el arroz y se rehoga un par de minutos.
Se incorpora el caldo de carne, siempre el doble que la cantidad de arroz.
Dejamos 20 minutos cociendo.
Dejar reposar tapado con un paño y fuera del calor.
Si no se convierte en tu receta talismán nos comemos el ordenador. ¡Palabra!